El servicio penitenciario, un lugar para misionar

El servicio penitenciario, un lugar para misionar


El domingo 8 de mayo realizamos un gesto reflexivo-misionero en la Casa Santiago Apóstol, dentro de las actividades de la 30º Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina, en colaboración con la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de La Plata y la Capellanía del Servicio Penitenciario Bonaerense.

El propósito del encuentro fue compartir experiencias entre las personas que están vinculadas, de un modo u otro, a contextos de encierro. Antes de comenzar la charla, el padre Carlos Pont leyó unas conmovedoras palabras para darnos la bienvenida.

Uno de los momentos más fuertes fue cuando una mujer que estuvo en la Unidad 33 compartió su experiencia. Contó que estando privada de la libertad y siendo mamá al mismo tiempo, logró salir adelante con la ayuda de las  personas que se acercaron a la cárcel. Hoy ha logrado reinsertarse al mundo social y laboral.

En paralelo a esto, se dio otro gesto en la Unidad 9. Allí, mate cocido mediante, militantes de la institución junto a miembros del Grupo Scout nos hicimos presente para conversar con las madres y esposas que fueron a visitar a sus familiares.

«Estuve preso y me visitaste» (Mt 25, 36)

Impulsados por el Área Sectores, realizamos varios gestos fraternos y solidarios, que permitieron a los asambleístas ir al encuentro de personas de los diferentes segmentos de la sociedad. Uno de esos gestos fue el encuentro entre la Pastoral Carcelaria, el Servicio Penitenciario y personas liberadas, que se realizó el domingo 8 por la mañana. Un encuentro de diálogo y reflexión en la Casa Santiago Apóstol (calle 60 entre 2 y 3). Bajo un clima de gran sensibilización, intercambiaron realidades y necesidades en las que viven sumergidas todas las partes involucradas en la problemática del mundo carcelario.

De la actividad participaron representantes del Servicio Penitenciario, de la Pastoral Carcelaria y un grupo de asambleístas interesados en ahondar en la temática y aportar. El intercambio de todos los testimonios permitió obtener un panorama actualizado de la problemática y de las políticas carcelarias vigentes,  como así también de las líneas pastorales en las que se viene trabajando, y en las que hay que profundizar en pos de la vida espiritual de las personas privadas de su libertad y de las ya liberadas.

Uno de los momentos centrales del encuentro fue la escucha activa de las historias de vida de mujeres madres, ya libres, que manifestaron que gracias al amor que recibieron adentro de la cárcel se sintieron acompañadas, contenidas, y eso les permitió vislumbrar la esperanza de que afuera de la cárcel otra vida era posible.  De sus bocas salieron frases como “estas personas fueron instrumentos del Amor “, “el amor nos salvó”…” , “ vengan más seguido como Iglesia, y no nos dejen solos”.

Este terreno social tan sensible nos interpela: nos llama a la acción misionera.  Es por eso que, como Acción Católica Argentina, asumimos el desafío de seguir sembrando esperanzas en todos los ámbitos de la vida.

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